Durante el mediodía del jueves 13 de Septiembre, en el marco del paro de 48 hs convocado a nivel nacional por la Conadu Históricala AGD a raíz del conflicto por las cesantías, el problema estructural de los docentes ad-honorem, y la reivindicación de la estabilidad laboral de todos los docentes universitarios, se dio un grave suceso que nos remitió a las peores y más oscuras prácticas políticas de nuestra historia, suceso basado en la falta de respeto a uno de los más básicos derechos de los trabajadores.
Lo que sucedió fue que frente a la iniciativa de una docente de esta facultad de llevar adelante una clase pública
en el 2º Piso de la sede HY, al poco tiempo de comenzada dicha actividad recibió la “visita” de Graciela Paolicchi, secretaria académica de nuestra casa de estudios, curiosamente acompañada por personal no-docente. La secretaria interpeló a la docente acerca de los motivos por los cuáles se estaba usando de esa forma el espacio público, cuestionando la validez de dicho acto en función de argumentos que tenían que ver con razones de “seguridad” que impedirían tal forma de manifestación por atentar contra la libre circulación de las personas ante una eventual necesidad de evacuación. Respecto al tema de la seguridad, cabe mencionar que siendo ésta una cuestión tan cara a la gestión de la facultad, nos resulta llamativo que aún no exista una salida de emergencia en la sede en cuestión.
en el 2º Piso de la sede HY, al poco tiempo de comenzada dicha actividad recibió la “visita” de Graciela Paolicchi, secretaria académica de nuestra casa de estudios, curiosamente acompañada por personal no-docente. La secretaria interpeló a la docente acerca de los motivos por los cuáles se estaba usando de esa forma el espacio público, cuestionando la validez de dicho acto en función de argumentos que tenían que ver con razones de “seguridad” que impedirían tal forma de manifestación por atentar contra la libre circulación de las personas ante una eventual necesidad de evacuación. Respecto al tema de la seguridad, cabe mencionar que siendo ésta una cuestión tan cara a la gestión de la facultad, nos resulta llamativo que aún no exista una salida de emergencia en la sede en cuestión.
Lo que en además resulta más que irregular, es que sea la mismísima secretaria académica de una facultad la que se tome la molestia de ir personalmente a increpar a una docente que simplemente se estaba manifestando de forma pacífica, y reivindicando las mejores tradiciones de cualquier ámbito de formación al hacerlo dando clases. Se suma a la gravedad de lo ocurrido el hecho de que este “amedrentamiento” a nuestra colega sucedió frente a los estudiantes de la comisión, quienes muy dignamente sumaron su apoyo y adhesión a una medida que además había sido consensuada con ellos.
Para agregar más detalles a la descripción de tan tristes y preocupantes acontecimientos, cabe destacar que la Prof. Paolicchi -además de interrogar a la persona acusada de esta supuesta falta contra su idea de orden universitario- le preguntó a qué cátedra pertenecía y si en su cátedra estaban al tanto de lo que ella había decidido hacer. Cómo si en el marco de una convivencia supuestamente democrática uno tuviera que pedir permiso para protestar por el respeto de derechos garantizados por ley, tal como es el derecho de huelga sobre el que se apoyaba esa forma de protesta.
Es desde ese contexto que la AGD caracteriza tales acciones como un nuevo intento de presión y de llamado al silencio de parte de una gestión que paradójicamente debería velar y garantizar esos mismos derechos. Desgraciadamente, ya estamos cansados de reseñar ejemplos de la persecución a todos aquellos que se manifiestan: ejemplos tales como la negativa, a mediados del mes de julio, a abrir las puertas de la sala de profesores de la sede Independencia para una reunión de los docentes que figuraban como cesanteados bajo los listados del Rectorado, en una clara posición de hostilidad hacia cualquier actividad gremial que se enfrente a las políticas de ajuste que hace años siguen castigando a nuestras universidades nacionales y a sus facultades.
Es por ello que decimos que ésta acción nos recuerda a prácticas que creíamos superadas, pero además representa un preocupante antecedente que no nos gustaría que nuevamente se volviera una costumbre; el de usar la presión política sobre los docentes que expresan su desacuerdo con políticas de quietud y de silencio que evidencian complicidades con el vaciamiento de la educación pública que estos mismos funcionarios defienden día a día.
Llamamos a repudiar enérgicamente éstas acciones, y a exigir garantías por parte de la gestión de nuestra facultad de que las mismas no se volverán a repetir nunca más.
Asociación Gremial Docente de Psicología
AGD-UBA en Conaduh
